lunes, 15 de febrero de 2016
Las razones por las que los duques de Cambridge han escogido el método Montessori para educar a su hijo
El niño es el protagonista de su propio aprendizaje y el profesor su guía
No existen libros de texto como tal, ni exámenes
Más de 130.000 colegios en el mundo imparten este estilo educativo
Desde muy pequeños, los niños experimentan actos cotidianos de la vida real
Una amplia aula de Infantil
Una de las tendencias naturales en el niño es el trabajo, y Montessori lo estimula
El contacto con el entorno natural forma parte de esta pedagogía
Desde muy pequeños, los niños aprenden de sus errores
La autonomía e independencia son pilares en este estilo educativo
El profesor observa científicamente a sus alumnos
El docente se convierte en un guía
El maestro formado en la metodología Montessori es la pieza clave de esta filosofía
El laboratorio y la experimentación forman parte del aula en Primaria
Ordenadores, tablets y libros de textos son soportes para investigar todas las áreas del conocimiento
A través de los trabajos y la observación en el huerto, en la granja... los niños aprenden conocimientos sobre diversas materias
El niño es el protagonista de su aprendizaje y el profesor se convierte en su guía. Esta es una de las máximas en los colegios que aplican la método Montessori, una iniciativa pedagógica que, a pesar de contar con un siglo de historia, parece haberse puesto ahora de moda. Por ejemplo, en el Reino Unido ha crecido exponencialmente la demanda de plazas en estos centros porque el príncipe Jorge de Cambridge ha comenzado a ir a una guardería que lleva a cabo este estilo educativo.
Lo cierto es que el método Montessori es conocido en todo el mundo desde hace un siglo, cuando la doctora italiana María Montessori, la primera mujer médico de su país, comenzó a trabajar con niños con necesidades educativas especiales. A partir del estudio científico, pudo conocer y observar cómo se desarrollan y aprenden los niños desde la más tierna infancia. Así diseñó un currículo desde los dos años y medio hasta los doce. «Hoy, casi cien años después, estudios neurocientíficos están confirmado y justificando la solidez de esta pedagogía», afirma Ana Julià, responsable de formación e innovación del CCE Montessori Palau de Gerona (el primer centro de estas características del país) y presidenta de la Asociación Montessori Española (AME).
Existe la Association Montessori Internationale (AMI), que fundó la misma doctora Montessori y se encargó de extender el método por el mundo. Ya hay 130.000 escuelas que aplican este estilo educativo, formando a tres millones de niños, en países como Australia, Canadá, China, Finlandia, Francia, Alemania, India, Irlanda, Italia, Japón, México, Países Bajos, Pakistán, Rumanía, Rusia, España, Suecia, Suiza, Reino Unido y EE.UU. Y grandes personalidades han crecido y se han desarrollado en estos centros: Larry Page y Sergey Brin, fundadores de Google; Jeff Bezos, creador de Amazon; Will Wright, creador del famoso videojuego «The Sims»; Gabriel García Márquez; Peter Druker o el fundador de Wikipedia Jimmy Wales, entre muchos otros. «Muchos de los alumnos han liderado cambios. Nuestros estudiantes son personas que no han matado su creatividad, sino que la han potenciado; toman decisiones; son capaces de afrontar el éxito y el fracaso porque han crecido y aprendido con el error; tienen capacidad para afrontar situaciones nuevas y solucionar problemas», asegura Julià.
La función del docente
En España el interés que despiertan esta metodología resulta cada vez mayor y se encuentra en plena expansión. «No solo porque sugen nuevos colegios que siguen la línea Montessori, sino también por el gran número de docentes que deciden formarse en esta filosofía», explica Julià. El profesor es precisamente la pieza clave. «Es un guía que observa muchísimo al niño con visión científica. No le dice que lo debe hacer, sino que le va ofreciendo y guiando», añade.
En nuestro país, seis centros aplican en sus aulas esta metodología al más puro estilo Montessori. «Se trata de colegios que siguen los estándares de la Asociación Montessori Internacional y que su profesorado ha sido formado en este tipo de pedagogía», dice Ana Julià. Sin embargo, cerca de 80 centros educativos de nuestra geografía simpatizan con este método o llevan algunos aspectos de él a sus aulas o en diferentes etapas del desarrollo del niño.
¿Pero qué tiene el método Montessori que le hace tan especial? «Montessori pone al niño en el centro», indica Julià. «A partir del conocimiento de las necesidades psicológicas, físicas, emocionales, cognitivas... del alumno según su edad, el guía (profesor) establece las relaciones con el niño y le pone en conexión con su ambiente», explica.
«Secuida el ambiente en el aula. Las sillas, mesas, bandejas... están a la altura del niño, a su alcance»
Pero es todo mucho más profundo y cuidado hasta al más mínimo detalle. En estos centros todo tiene su sentido y su razón de ser y estar. Por ejemplo, las aulas son amplias. El CCE Montessori-Palau dispone de aulas de 200 m2, para los alumnos hasta 2 años y medio, y de 100 m2 desde esa edad y hasta los 6 años. «Se cuida el ambiente. Las sillas, mesas, bandejas, pinturas... están a la altura del niño, a su alcance. Se trabaja con material Montessori, en madera y de colores neutros para favorecer la concentración. Todo está dispuesto en un orden concreto y preciso, y con un diseño que despierta el interés y sensibilidad del niño», detalla Vinati Ramchandani, jefa de estudios del Colegio Montessori Parque Conde de Orgaz, de Madrid. Todas las aulas van acompañadas de un entorno natural exterior. En Primaria, se combinan los espacios de laboratorio y materiales multimedia para acceder a todos los campos del conocimiento. Y el bosque, el huerto y la granja sigue siendo parte del ambiente. «En países como Austria, Alemania o Estados Unidos, incluso se estudia el Bachiller en granjas. Los alumnos cultivan alimentos, los recolectan, los venden... Y a partir de ahí aprenden las materias basándose en su experiencia», detalla Vinati.
Apenas se utilizan libros de texto. «Hay muchas biliotecas en el aula, de libros de consulta, de Literatura... El libro es un elemento de soporte como son las tablets y los ordenadores, para trabajar e investigar...», concrete Julià. No hay exámenes como se conocen, sino pruebas y ejercicios que se realizan en clase sin someter al alumno a la presión de un examen tradicional. Se trabaja por proyectos, pero tampoco es el eje del aprendizaje. No hay horarios por asignaturas. «Son horarios de trabajo mucho más tranquilos —dice Julià—. Un alumno puede estar trabajando durante tres horas seguidas y va tocando diferentes materias», añade. En el aula se trabaja la inteligencia emocional y las inteligencias múltiples.
Estos centros hacen gala de los buenos resultados académicos de sus alumnos, que lo han conseguido disfrutando y de forma apasionada. «El niño se va autoconstruyendo. Es autónomo e independiente, se le ofrece una libertad con límites. Él trabaja, observa, elige libremente, toma decisiones, experimenta, aprende del error y extrae las conclusiones que le permiten evolucionar y crecer, mejorando la concentración, la autodisciplina y la responsabilidad».
Las etapas de desarrollo
La doctora Montessori descubrió que el individuo se desarrolla en cuatro planos: de 0 a 6 años, de 6 a 12, de 12 a 18 y de 18 a 24. En función de esos planos se diseñan las aulas, el trabajo del alumno y el rol del guía. Por eso, en un aula de Infantil hay mezclados niños de diferentes edades, al igual que en Primaria.
1. Etapa de la mente absorbente, la base de la creación de la persona (0-6 años). Infantil
Tanto la etapa de 0-3 o guardería como al segundo ciclo de 3 a 6 años se atiende individualmente a cada alumno, permitiendo el desarrollo de sus potencialidades, atendiendo sus períodos sensitivos y desarrollando la autonomía personal. Se trabajan específicamente las inteligencias múltiples. En esta edad tiene una especial sensibilidad inconsciente por unos aprendizajes que son el lenguaje, el orden, el refinamiento sensorial y el refinamiento del movimiento.
2. Etapa del razonamiento, de la imaginación y del desarrollo intelectual y moral (6-12 años). Primaria
Montessori intenta potenciar el talento, construir la autoconfianza y consolidar la autonomía y capacidad de iniciativa del alumno. Desarrolla sus capacidades en creatividad, las dotes de liderazgo y de trabajo en equipo. Entre los 6 y los 12 años el niño se encuentra en la etapa del razonamiento, de la imaginación, de la adquisición de la cultura y del desarrollo intelectual y moral.
3. Etapa de la creación de la persona social (12-18 años). ESO y Bachillerato
Se desvela el talento de cada persona con el fin de orientar a los alumnos hacia un futuro de éxito. Se desarrollan competencias de creatividad, autonomía, responsabilidad y emprendimiento.Entre los 12 y 18 años, el adolescente inicia la etapa de la creación de la persona social. Una vez ha adquirido de manera general la cultura y los conocimientos, lo que necesita para su formación es profundizar en su autoconocimiento para construir su propia identidad y participar directamente del mundo real.
Fuente: http://www.abc.es/familia/educacion/abci-razones-duques-cambridge-escogido-metodo-montessori-para-educar-hijo-201602101446_noticia.html
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